Hay dos cosas que caracterizan a cada familia. Tal vez, con una conjunción de dichos elementos, se pueda establecer muchas verdades y mentiras acerca de cada grupo familiar. Se trata de dos elementos muy simples, pero que hablan mucho de las personas.
Es algo que se hereda (como la forma de higienizarse cuando uno va al baño), pasa de generación en generación y sin darse cuenta, también uno se lo transmitirá a sus hijos.
Se trata un ritual diario, más especificamente durante el almuerzo o la cena. Las dos características a tener en cuenta (¡atención detallistas!) son las respuestas a estas dos preguntas:
1. ¿A qué volumen ponen la TV?
2. ¿Que cantidad de líquido se sirven en el vaso?
Cada familia con sus manías, hay quienes prefieren una TV "al palo" y el vaso llenito llenito. También existen los que optan por una TV bien bajita y un chorrito de bebida. Y por supuesto, todas sos combinaciones posibles. Es prematuro para hacer un análisis sociológico sobre que significa cada una de estas actitudes, pero evidentemente... ¡alguién se tendría que poner a investigar! (y tal vez algún día, tal arduo trabajo llegará a una página central del Clarín del domingo).
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