Te puede hacer mal

Me cago en el de abajo

| sábado, 18 de abril de 2009
Lunes, 8 de la matina. Julio entra en la estación Carlos Gardel de la linea B de subte, directo desde el Shopping Abasto. Cuando llega finalmente al andén, ahi nomás terminada la escalera, está aquel muchacho de imágen desprolija, el mismo de todos los días, que pide tan solo unas monedas (esas que a Julio se le caerán en el sillón de su casa más tarde) para poder comer.

Ya adentro del tren, sube un hombre en silla de ruedas con su hija en brazos. El paralítico hace un pedido, sin golpes bajos. Pide otras tantas monedas, para poder darle de comer a su hija. "¡Ni en pedo! -piensa Julio- ¡Con lo que me hacen falta para el bondi!". Julio viaja siempre en subte; de su casa al trabajo, del trabajo a la casa... pero quien sabe, ante alguna urgencia tal vez las necesite.

Llega a su trabajo y ve al mismo cieguito de todos los mediodías (se ve que ese día había madrugado). Julito lo saluda con una palmada en el hombro y un "¿Qué hacés, che?" afectuoso, como si con eso la vida del ciego estuviese solucionada y las estampitas que tiene en la mano las vendiese por placer.

Luego de un arduo día de trabajo, vuelve a su casa, no sin antes repetir todo el mismo proceso a la inversa. Los mismos personajes que todas las vueltas a casa desce hace tres años.

Sin embargo, cuando se baja en la estación Los Incas y va tranquilo a su casa, sucede algo inesperado: se encuentra con un hombre cincuenton, prolijo... "clase media, bien", deduce Julio. Se lo ve dubutativo... va de aca para alla, de aca para alla. Julio pasa lento a su lado, la intriga lo mata. En eso, el cincuenton se le acerca y le dice (según Julio "con todas las eses"): "Maestro, se me perdieron 5 pesos para el taxi, ¿no me prestas un billete?"... "Pobre tipo -piensa Julio-, no puede volver a su casa con el fresquete que hace..." y sin dudar, saca el billete de San Martín... después de todo, ¿qué son 5 pesos?.

¿Por qué será que uno esta dispuesto a ayudar solo alguién con el que se identifica socialmente?

¿Tené do peso pa' la birra?

¿La familia? ¡Bien, gracias!

| martes, 14 de abril de 2009
Hay dos cosas que caracterizan a cada familia. Tal vez, con una conjunción de dichos elementos, se pueda establecer muchas verdades y mentiras acerca de cada grupo familiar. Se trata de dos elementos muy simples, pero que hablan mucho de las personas.

Es algo que se hereda (como la forma de higienizarse cuando uno va al baño), pasa de generación en generación y sin darse cuenta, también uno se lo transmitirá a sus hijos.

Se trata un ritual diario, más especificamente durante el almuerzo o la cena. Las dos características a tener en cuenta (¡atención detallistas!) son las respuestas a estas dos preguntas:

1. ¿A qué volumen ponen la TV?
2. ¿Que cantidad de líquido se sirven en el vaso?

Cada familia con sus manías, hay quienes prefieren una TV "al palo" y el vaso llenito llenito. También existen los que optan por una TV bien bajita y un chorrito de bebida. Y por supuesto, todas sos combinaciones posibles. Es prematuro para hacer un análisis sociológico sobre que significa cada una de estas actitudes, pero evidentemente... ¡alguién se tendría que poner a investigar! (y tal vez algún día, tal arduo trabajo llegará a una página central del Clarín del domingo).

¿Está muy alto? ¡Acostumbrate a la casa de tu novia, campeón!

Alfonsín

| viernes, 3 de abril de 2009
Para los que creen que el conflicto con el campo es algo moderno, sepan que no es así.

Para los que creen que la Sociedad Rural creyendose Gobieno es algo nuevo, sepan que no es así.

La diferencia entre hoy y hace 20 años, es que en ese entonces había alguién que les respondía lo que alguien, hoy, se tiene que animar a responderles.

Homenaje a Raul Alfonsín: